La pionera de las prácticas


El Motivo, la reunión bailable semanal que desde 2004 organizan Dina Martínez, Luciana Valle y Valencia Batiuk fue la primera en establecer un paradigma diferente, más relajado, para el tango. Anoche festejó su primer lustro. Un buen momento para sopesar su valor.

 
       Además de un famoso tango de Juan Carlos Cobián, El Motivo, ya con minúscula, es la causa, el motor de nuestros actos. En el ambiente milonguero esas dos palabras designan una concurrida práctica de baile, la primera de trascendencia dentro del grupo de encuentros informales surgidos en lo que va del siglo. Creada en 2004 por las docentes Dina Martínez, Luciana Valle y Valencia Batiuk, la práctica de El Motivo es un espacio de experimentación en el que son bienvenidos (y propagados) los movimientos del llamado tango nuevo. Este estilo, caracterizado por un abrazo abierto y figuras más ampulosas que las tradicionales del tango salón, forma parte de los rasgos típicos del lugar pero no constituye por eso una característica excluyente. Entre las parejas que se van desplazando por el salón del club Villa Malcolm se ven las más variadas formas del tango, no sólo las vistosas “colgadas”, “volcadas” y “sacadas” propias de los desarrollos más recientes.
      Como en toda práctica, en El Motivo la mayoría de los códigos milongueros se relajan: no es necesario cabecear desde lejos para invitar a bailar, la música fluye sin cortinas que la separe en tandas y nadie cumple con una vestimenta en particular. De hecho, el público mayoritariamente joven que caracteriza al encuentro llena el ambiente de colores y diseños variopintos a través de prendas que eligen más por comodidad que por cumplir con alguna convención del género. Resulta particularmente sintomático notar cómo el zapato de cuero (ícono del baile de tango y todavía vigente en la mayoría de las milongas) cede aquí su trono ante las ventajas que ofrecen las zapatillas. El baile arranca a las 22:30, relativamente temprano considerando el horario habitual de comienzo de las demás milongas (alrededor de la medianoche) y termina a eso de la 1, mucho antes que los bailes tradicionales. Más allá de su ininterrumpido fluir, la música que se escucha es la clásica de las milongas, con esas orquestas insoslayables de los años ’40 y hasta agrupadas en mini-bloques de 3 o 4 temas.
      Este particular baile celebró anoche el final de su ciclo 2009 con una edición especial en la que tocó el Cuarteto de Julio Coviello, bandoneonista de la Orquesta Típica Fernández Fierro. La novel agrupación, compuesta por bandoneón, piano, guitarra eléctrica y contrabajo, suena filosa, cruda y por momentos tan vertiginosa y contundente como la Fierro. La versión “power” que hicieron de Pa’ que bailen los muchachos, por ejemplo, no era apta para milongueros conservadores. Como era de esperar, los habitués de El Motivo le hicieron honor siguiéndola con todo el eclecticismo de que son capaces al moverse por la pista.
      Si bien a poco de andar la práctica ganó autonomía como un baile más del circuito, todavía puede ser vista como una extensión de la escuela de baile homónima creada por Martínez, Valle y Batiuk. "Transmitimos herramientas que les sirven a los alumnos para armar diferentes secuencias y vamos mostrando las variantes que encierra cada paso, pero recién en el nivel de avanzados enseñamos movimientos de ‘tango nuevo’. En el resto de nuestras clases el tango que enseñamos es más bien despojado en cuanto a estilos. Lo que sí establecimos siempre fue un rol femenino mucho más fuerte que el habitual de mero acompañante”, cuenta Martínez respecto de las clases que dan los martes para principiantes y dos niveles de intermedios. Los lunes, un rato antes de la práctica, la escuela de El Motivo ofrece seminarios temáticos para alumnos intermedios, primero, y para avanzados, más tarde.
      En el panorama de las prácticas, vendrían luego la X, Tangocool (en el mismo salón) y, más recientemente Práktika 8, entre otras. Pero la de El Motivo fue la primera en tener éxito con un formato más explícitamente relajado para las reuniones bailables, generando una atractiva confluencia de jóvenes desprejuiciados, bailarines profesionales y extranjeros conocedores o simplemente curiosos. Un mérito que Martínez, Valle y Batiuk, tres valientes mosqueteras del tango, pueden ostentar con orgullo.
      El Motivo entró desde ayer en un breve receso hasta el 4 de enero próximo, cuando reabrirá con seminarios a cargo de Daniel Tuero y Facundo Gil Jáuregui que se mantendrán durante todo el verano. Tanto las clases como la entrada a la práctica y el buffet del club tienen precios económicos. Además, tomando el seminario previo se adquiere derecho a participar de la práctica y los alumnos de El Motivo gozan de un atractivo 2x1.
      La práctica descripta se concreta los lunes desde las 22:30 en el Club Villa Malcolm, Av. Córdoba 5064, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Al cierre de esta nota, el valor de la entrada era de $10. Para informes o consultas se puede llamar al 4 772-5993 o ingresar en http://www.elmotivotango.com/.

Carlos Bevilacqua

Foto: La práctica de El Motivo, un lunes por la noche, a punto caramelo (gentileza de las organizadoras).

Publicado el 22-12-2009.