La banda de la buena onda


Que Dancing Mood es una banda digna de atención es algo bastante sabido. Lo que tal vez no se sepa tanto es que desde principios de año protagoniza un ciclo semanal al aire libre en un lugar ideal para disfrutar de su música.

      La noche es agradable. El viento va llevándose las últimas nubes heredadas de la tarde y la luna, ya en cuarto menguante, se deja ver intermitentemente. El enorme patio de Ciudad Cultural Konex permite gozar de dos espectáculos simultáneos: el del cielo y el de la tierra.
      Desde mediados de enero, el de abajo es provocado cada jueves por una pequeña multitud de músicos liderada por el trompetista Hugo Lobo. A su alrededor, suenan tres saxos, dos trombones, una flauta traversa, un vibráfono, una armónica, un bajo, un sintetizador, dos guitarras y percusión. Primero todos juntos, anunciando el tema; luego manteniendo la base rítmica para ir dejando lugar a los solos de los instrumentos melódicos mientras juegan con diferentes colchones armónicos y, por último, con un final colectivo al palo, de esos que erizan la piel. Una fórmula que, no por repetida deja de ser efectiva o de esconder infinitas variantes. Tal como pueden atestiguar quienes han seguido a Dancing Mood desde su creación, hace ya 12 años.
      Así, como sin apuro, paladeando cada frase musical, van recorriendo piezas grabadas en los ocho CDs de estudio que integran la discografía de la banda. Son versiones extendidas, que tienen la virtud de potenciar en claves de ska o reggae la belleza de cada composición, sea ésta un standard de jazz, un hit del pop o un clásico del rock. Tampoco importa que el tema elegido para la travesura sea de los ’40 o de cualquiera de las siguientes tres décadas. En la variedad está el gusto. En el camino, los Dancing Mood van dando rienda suelta a una creatividad fascinante. Y así como en medio de Perdido (el éxito de la orquesta de Duke Ellington) puede aparecer brevemente el motivo de Can’t take my eyes off of you, lo mismo puede pasar al tema siguiente con una inesperada incursión del estribillo de Muriendo de plena (Rubén Rada). Detrás del escenario, una pantalla va entregando fotos diversas, a veces bucólicas, a veces evocativas de la era del swing.
      En sintonía, el público deja salir lo mejor de sí. Haciendo honor a su nombre, la banda consigue lo que pocos: que la gente baile. Solos, en pareja, saltando apenas en el lugar o con alguna coreografía un poco más elaborada, todo vale y lo mínimo es el balanceo. Es un público feliz, compuesto en su mayoría por gente joven. Algunos acompañan el gusto auditivo con un vaso de cerveza de los que se venden en un bar contiguo del mismo centro cultural. Otros aprovechan para fumar (todo el predio es al aire libre), otros simplemente se relajan y se conectan con el placer. Lo cual no es poco decir.

Carlos Bevilacqua

Nota: Dancing Mood volverá a tocar los días 15 y 22-3, desde las 21 en Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131, CABA. Las entradas cuestan $40; anticipadas, $30.

Imagen: la banda en acción durante uno de los shows estivales. Foto gentileza C.C.Konex.

Publicado el 14-3-2012.