Las crónicas impiadosas del Tape

En el cierre de un nuevo festival de tango, Alfredo "Tape" Rubín renovó sus credenciales de inspirado intérprete para sus propias composiciones. Después del recital, su voz grave, certera, siguió disparando precisiones en una entrevista abierta.

       Alfredo Rubín, alias El Tape, tiene algunas cosas claras. Sabe qué música quiere hacer y sabe cómo hacerla, no sólo como intérprete sino también como creador. Esas son algunas de las virtudes que confirmó anoche en el Espacio Ecléctico, a lo largo del concierto que dio junto las Guitarras de Puente Alsina, el grupo que lo acompaña desde 2003. En una entrevista abierta que dio después del show, el cantautor tanguero agregó otras señales de certezas en el mismo sentido. Ambas actividades conformaron uno de los dos cierres que tuvo el primer Festival Cooperativo de Tango "Pitucos y Malevas", un auspicioso emprendimiento de músicos jóvenes destinado a atraer nuevos públicos con un formato diferente al habitual en el género.
      El Tape tiene una voz grave que modula hacia entonaciones tangueras clásicas. Conociéndolo un poco, esas formas suenan tan naturales que cuesta imaginarse alguna clase de impostación. Para completar el panorama tímbrico, se acompaña exclusivamente de guitarras. “¿Hay algo mejor?”, preguntó como toda respuesta ante una requisitoria sobre su elección de acompañamiento instrumental, durante la entrevista periodística posterior.
      Más allá de los gustos, es evidente que las violas que lo rodean son pulsadas por talentosos expertos: Mariano Heler y Adrián Lacruz. Ellos son, además de exquisitos intérpretes que van tejiendo un complejo entramado de ritmos, melodías y armonías, compositores y arregladores de buena parte del repertorio. Así como los guitarristas tienen la oportunidad de ser protagonistas excluyentes en varios temas instrumentales (La otra orilla, Velazquito, A Bartolomé Palermo, entre otros) en los cantables se encienden todas las luces del conjunto. Es que uno de los aportes más valiosos del Tape al panorama del tango actual es el de sus letras, llenas de imágenes fuertes, en general referidas a la cara menos grata de Buenos Aires. Lo cual no impide que en sus versos aparezcan el amor contrariado (Lysou), la pintura de una trepadora inescrupulosa (La Marylin, tal vez su “hit”) o una estremecedora lista de palabras sueltas en boca de un desaparecido (Calle). En todos los casos, el lunfardo tiene una presencia recurrente y oportuna.
      De común, el Tape es un guitarrista más del grupo, pero ayer no pudo tocar por una lesión en el codo. A cambio, se dio el gusto de reunir a todos los guitarristas que participaron de su último disco, ya que a los mencionados se sumaron, en diferentes pasajes, Felipe Traine, Leandro Nikitoff y Diego “Dipi” Kvitko. Parafraseando el nombre del CD y del tema con que se despidieron todos juntos, puede decirse que aquello fue un Lujo total.
      Quienes quieran tener una idea más acabada del arte de Rubín pueden volver a escucharlo en vivo el 17 de diciembre en Bataclana, Av. Corrientes 3500, CABA. Para reservas e informes, 4862-0888.

Carlos Bevilacqua

Foto: Rubín (a la izquierda), durante el show reseñado. Tomada por Florencia Sotelo. Gentileza Festival Pitucos y Malevas.

Publicado el 21-11-2009.